Época:
Inicio: Año 1 A. C.
Fin: Año 1 D.C.

Antecedente:
HISTORIA DEL ALMIRANTE



Comentario

Cómo fue a las naves el rey principal de aquella isla, y la majestad con que iba


Después, el martes, a 18 de Diciembre, aquel rey que el día antes había venido adonde estaba la canoa de la Tortuga, y habitaba cinco leguas de aquel paraje donde estaban los navíos, a la hora de tercia llegó una población que estaba próxima al mar, donde también se hallaban algunos de la nave, a quienes el Almirante había mandado para ver si llevaban alguna mayor muestra de oro. Estos, viendo que iba el rey, se lo fueron a decir al Almirante, diciendo que llevaba consigo más de doscientos hombres, y que no venía a pie sino en unas andas, llevado por cuatro hombres con gran veneración, aunque era muy joven. Llegado este rey no lejos de las naves, después que hubo descansado un poco, se acercó a la nave con todos los suyos; acerca de lo cual, escribe el Almirante en su Diario:

"Sin duda pareciera bien a Vuestras Altezas su estado y acatamiento que todos le tienen, puesto que todos andan desnudos. El, así como entró en la nao, halló que estaba comiendo a la mesa, debaxo del castillo de popa, y a buen andar, se vino a sentar a par de mí, y no quiso dar lugar que yo me saliese a él, ni me levantase de la mesa; salvo que yo comiesse; y cuando entró debaxo del castillo, hizo señas, con la mano, que todos los suyos quedasen fuera, y así lo hizieron con la mayor priessa y acatamiento del mundo, y se assentaron todos en la cubierta, salvo dos hombres de una edad madura, que yo estimé por sus consejeros y ayos, que se assentaron a sus pies. Yo pensé quel ternia a bien de comer de nuestras viandas; mandé luego traerle cosas que comiese; de las viandas que le pusieron delante, tomava de cada una tanto como se toma para hazer la salva, y lo demás enviávalo a los suyos, y todos comían della, y así hizo en el beber, que solamente llegaba a la boca, y después lo dava a los otros; todo con un estado maravilloso y muy pocas palabras; y aquellas quél dezia, según yo podía entender, eran muy assentadas, y de seso; y aquellos dos le miravan, y hablavan por él y con él, y con mucho acatamiento. Después de aver comido, un escudero suyo traía un cinto, que es propio como los de Castilla en la hechura, salvo que es de otra obra, y me lo dió, y dos pedaços de oro labrados, que eran muy delgados, que creo que aquí alcançan poco dél, puesto que tengo que están muy vezinos de donde nasce, y ay muncho. Yo vide que le agradava un arambel que yo tenía sobre mi cama, y se le di, e unas cuentas muy buenas de ámbar que yo traya al pescueço; y unos çapatos colorados, y una almarraxa de agua de azahar, de que quedó tan contento que fue maravilla. Y él y su ayo y consejeros llevan gran pena porque no me entendían, ni yo a ellos; con todo, le cognosci que me dixo que si me complia algo de aquí, que toda la isla eslava a mi mandar. Yo envié por unas cuentas mías, adonde, por señal tengo un excelente de oro, en que están esculpidos Vuestras Altezas, y se lo amostré, y le dixe otra vez, como ayer, que Vuestras Altezas mandavan y señoreavan todo lo mejor del mundo, y que no avía tan grandes Príncipes; y le mostré las banderas Reales y las otras de la cruz, que él tuvo en mucho; y qué grandes señores serían Vuestras Altezas, decía el con sus consejeros, pues de tan lejos y del cielo me avian enviado hasta aquí sin miedo; y otras cosas munchas se pasaron que yo no entendía, salvo que bien via que todo tenía a grande maravilla".

"Siendo ya tarde y queriéndose ir, lo envié a tierra, en la barca, muy honradamente, e hice disparar muchas lombardas. Puesto en tierra, subió a sus andas, y se fue con más de doscientos hombres. Un hijo suyo era llevado en hombros por un nombre muy principal; mandó dar de comer a todos los marineros y demás gente de los navíos que halló en tierra, y ordenó que se les hiciera mucho agasajo. Después, un marinero que lo halló en el camino, me dijo que todas las cosas que yo le había dado, las llevaba delante de aquél un hombre muy principal, y que el hijo no iba con aquél, sino que le seguía un poco detrás, con otros tantos hombres; y con una compañía casi igual, caminaba a pie un hermano, apoyado en los brazos de dos hombres principales; también a éste le había dado yo algunas cosillas cuando fue a las naves después que su hermano".